7.12.2007

Treinta años de libertad

1939. Machado muere en Colliure. Monotonía de lluvia tras los barrotes de Yeserías. Tenientes coroneles con bigotes de sable firman traslados carcelarios y la mano trémula del general rubrica: Yo, la muerte. De los furgones bajan calaveras resignadas camino de la redención que ofrece una pared vacía y sin esquinas. Capotes verdes en una nevada de frontera. Generaciones sin rumbo se mecen en el abismo del mar y la locura. Niños exiliados. Hermana Rusia. Hermano México. De las casas sacan lívidos a los fantasmas del mañana. Brutales paseíllos: Rojos, cabrones, ateos. Viva España. Sopor de una posguerra de cuarenta y cinco años.

Años cuarenta. De las ciudades llegan los vítores, los vivas aterrados de un desfile de la victoria. Poetas marchitos en celdas oscuras. Turismo penitenciario y colas del pan. Cartillas de racionamiento y estraperlo de chocolate. Carne de caballo y frío, frío en los huesos de los perdedores que vagan en la madrugada, frío en las espigas de los abrigos. Tristeza de café con leche en las tardes de febrero. El maquis solitario escribe a su novia. Aquí Radio Pirenaica. Hay pensiones sin luz, y recortables de niños falangistas con sonrisa beatífica. La raza ya es pura y Primo de Rivera sólo es mito después de muerto.

Años cincuenta. Excursiones del Movimiento. Sotanas en la palestra y crucifijos en las pizarras. El sol de la infancia se nubla con hambre. A Serrano Suñer se le traiciona en el olvido. El mito de Don Pelayo es la primera lección en las aulas grises de la dictadura. Prosigue la Cruzada. Roberto Alcázar y el Capitán Trueno. El Valle de los Caídos se convierte en túmulo funerario de presos rojos mientras el Régimen quiere santificar a los mártires de la guerra. La Guardia Mora cruza sus guadañas en El Pardo. Nodo, el mundo entero al alcance de su mano. Helicópteros americanos sombrean los campos de Castilla. El señorito se abanica en el cortijo. El régimen se reconcilia con Eisenhower. Luchas entre las familias del régimen. Falangistas, católicos, militares, monárquicos. Los felpudos amortiguan los pasos en las casas de bien y en las verbenas de barrio los farolitos verdes iluminan el rostro ceniciento de un barquillero que sueña con Gilda.

Años sesenta. Paternalismo. El Caudillo inaugura pantanos y pesca lucios con sonrisa de abuelo. España es su coto de caza. Fraga se pone bañador en una playa de invierno. Torremolinos ya no es pueblo y las rubias guiris le dejan a uno con la boca abierta y un calambre en el estómago. El desarrollismo trae el INI y los primeros bikinis. El general envejece a golpe de sentencias de muerte. Llegan los Beattles. La secreta vigila en los cines y en los baños. Palizas a homosexuales y a gitanos. Confidentes en las esquinas y viajes domingueros en Seat Seiscientos.

1975. Hay miedo al general entubado. El exilio aguarda expectante y Carrillo fuma con ansiedad. De Suresnes llegaron aires nuevos. Arias Navarro llora en blanco y negro. Los grises vapulean a los estudiantes destrozados por balas de goma. Manifestaciones proamnistía, y pantalones de campana ensangrentados. Ya no hay miedos. Libertad sin ira. Sin ira, libertad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felcidades por el blog Santi. Ya tenía ganas de que te pusieras a escribir, ¡se te echaba de menos! Besitos

Pd. Y sigues siendo tan rojillo como siempre, aunque lo niegues jajaja