El Toboso se confunde en el imaginario colectivo con la figura de la Emperatriz de La Mancha: Dulcinea, Aldonza Lorenzo, nombres de terciopelo, anagramas de un amor desdichado, palabras mágicas que conjuran ensueños platónicos.
El viajero vuelve al Toboso con la sensación de quien regresa al libro amado desde la lejana adolescencia. Calles bruñidas y relucientes de cal y piedra. Mujeres que hipnotizan con abrumadoras miradas de miel... La belleza árabe de las toboseñas tiene su parangón en estas calles de pátina medieval, de aire arcaico y refulgentes reflejos. Pasajes de trazado moruno, portales blasonados, y esquinas condecoradas con inscripciones que recuerdan su directa relación con la Novela.
Como las personas, El Toboso muestra diferentes caras según los momentos. Diáfanas y alegres durante el día, hay calles, como la de Jorge Manrique, que por la noche se transmutan en escenarios de cuento. Fue así como la vieron Don Quijote y Sancho Panza durante su imaginaria visita, atrapada en la estela lunar, arrullada por luz de candiles que atraviesan postigos para reflejarse en la calzada de tierra.
Otros rincones parecen sacados de viejas comedias de capa y espada, donde bien pudieran darse cita amantes furtivos; o donde galanes de sombrero emplumado asaltaran conventos, en esos castizos raptos de monjas tan populares en la tradición literaria de los siglos XVI y XVII.
Acompañemos, pues, a caballero y escudero durante la noche esteparia, en busca de la ventana de nuestros amores. Brillan aquí las estrellas en el espejo de las fachadas, mientras que los muros de blancos y añiles devuelven los fulgores de las viejas constelaciones.
Para más información: http://www.eltoboso.es/
3 comentarios:
Hermosísima descripción la que has hecho de El Toboso. ¿Sabes? Me gustaría visitarlo alguna vez y verla con tus mismos ojos. Un abrazo.
Mira que pintas lindo con las palabras. Si los folletos de viajes y turismo o la publicidad referente al tema tuvieran tu pluma a su disposición, no habría viajero que resistiera visitar los lugares que describes.
Hola Isabel: sí, todo depende del estado anímico de la visita. Afortunadamente, las piquetas han respetado al lugar, y el hechizo sigue siendo posible en este pequeño rincón de La Mancha.
Hola Corto: jejeje, más me valiera tener la misma convicción cuando quiero pedir aumentos de sueldo... ¡Saludos amigos!!
Publicar un comentario