Arrímale la tranca, hombre, y ya verás como se le quita la tontería. ¿Pero qué se ha creído este pimpollo? ¿Que le íbamos a dar un respiro con la bajada de precios de la gasolina? ¿Con la deflación? ¿Con la liberalización del sector eléctrico? ¿Con la bajada del IPC? ¡Ja! Reapriétale más con la porra en la riñonera. O mejor, santíguale el lomo con el zurriago, o señálale la rabadilla con la estaca, y ya veremos si después sigue tan gallardo, y con tantas ganas de hacer cuchufletas.
Pero habrase visto semejante frescura... Y todavía dice el muy tarugo que le prometimos, antes de las elecciones europeas, que no habría subida de impuestos. Pero atortólalo, hombre, y riega de coscorrones esa sesera... Y se apea ahora con que creía que las cuentas del Estado estaban más limpias que la patena, tal y como le aseguramos... Pues cuanto más se queje, más sopas recibirá, que hasta en pelota picada va a parecer cardenal.
Duro con él. Que se menea el tío, que se pone flamenco, que dice que si le suben los impuestos no hay manera de que el bolsillo se recobre, que ya está bien de fullerías... Buena somanta le vamos a dar con el palo de descristianar. Ahí, ahí, mídele la curcusilla con la vara, que parece que se rebulle. Si hasta Zapatero dice que lo más duro de la crisis ha pasado ya. Anda, enséñale la cachiporra, que encima protesta el sinvergonzón.
El tabaco, sáblale hasta el tacaco, que tenemos que hacer caja para recuperar los cuartos que ahora le prestamos a la banca y las constructoras. ¿Y qué será, si no, de nuestros sueldos de altos cargos de la administración? ¿Qué de nuestras subidas salariales? ¿Qué de nuestros coches oficiales? ¿Qué de nuestras dietas por asistir a plenos y consejos? ¿Qué de la financiación de nuestras campañas electorales? Nada, nada, antes muerto que sin Audi: pescozón y tentetieso, sartenazo al canto y no se hable más, que bien merecido se lo tienen, él y todos los de su ralea. Porque... ¿Qué sabréis vosotros, bergantes, de la caridad?... ¿Es que ignoráis que parte de nuestros sueldos van destinados desinteresadamente a la Cruz Roja, majaderos sin piedad ni sentido del bien común? Ah, turba sin corazón ni principios, rompesquinas sin compasión, a ver si nos ponemos menos farruquitos y pensamos más en los demás.
Sube las tasas eléctricas; y las de la gasolina también; y las del transporte público, que viajar es un placer... ¿Y qué dice ahora aquí ese polluelo? ¿Que el Gobierno le dio 400 euros para aliviar la situación y que ahora los tiene que devolver con creces, y que ahora se queda sin cuartos, y que ahora, en fin, está sin trabajo y, lo que es peor, sin visos de encontrarlo? ¿Y qué dice aquél otro? ¿Que su empresa está esperando desde hace un año a cobrar los contratos firmados con la Administración, pero que ésta amenaza con cerrar el negocio si no paga inapelablemente sus impuestos en tiempo y forma? Pícaros de siete suelas, despreciable truhanería, con una tunda de pantuflazos os enseñábamos a doblar el canto y a no quejaros tanto.
Y mirad y no tentéis a la suerte, que el año que viene podría ser peor: que aún nos quedan los subir los impuestos al alcohol, al rendimiento del capital, los bonus empresariales, los pluses por consecución de objetivos, y quién sabe si incluso el umbral de declaración del IRPF... Pagad, morosos, pagad. Que nosotros, malandrines, ya nos encargamos de cobrar.
LUCRECIA BORGIA EN ELDA
Hace 5 semanas
1 comentario:
Jajaja, Que buen post. Es la vision que nos parece que tienen todos los que suben a esos puestos, que rapidamente, olvidan que les concedemos nosotros mismos.
Saludos
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