2.09.2009

Todos los hombres del presidente y la crisis en Caja Castilla La Mancha

Alergia le tengo a la primera persona, pero nobleza obliga: tengo mis escasos cuartos en Caja Castilla La Mancha (CCM), y ahí los voy a dejar, a los desventurados. Flaco favor nos hacemos a nosotros mismos azuzando al crack, por no hablar de que, en caso de debacle financiera, el Estado dispone de los mecanismos adecuados para garantizar los ahorros del ciudadano medio.

Tranquilos, pues. Tranquilos... Pero no tan tontos como para no percatarse del olor a podrido. Hay tufillo en CCM. Hiede. La miasma se expande sin freno, se contagian como el cólera los dimes y diretes sobre fusiones y ventas desesperadas de activos, y la Caja se convierte en la apestada del sector mientras opta por el silencio como única medicina para esconder sus bubones.

La fetidez podría impregnar hasta a las impolutas paredes del Gobierno regional. Vox populi son las desgraciadas aventuras de CCM en el sector de la construcción, así como las ingentes cantidades invertidas en empresas afines al Gobierno de José María Barreda, que han dado pábulo a todo tipo de runrunes sobre su falta de liquidez.

Que CCM, al igual que la mayoría de las cajas regionales, es un banco "político" no hay ni que decirlo. Y es en las situaciones críticas como las que atravesamos cuando se evidencian o intuyen algunos trapos que a más de uno le gustaría que siguieran dando vueltas en la lavadora.

Sin ir más lejos, la entidad presidida por el socialista Juan Pedro Hernández Moltó ha apostado fuerte, a través de CCM Corporación, por invertir en negocios de los "hombres de Barreda", los poderosos empresarios ciudadrealeños Domingo Díaz de Mera o Ignacio Barco, entre otros. Se trataba de aventuras inmobiliarias compartidas con "gente de la casa", muy pizpiretas y jugositas en tiempos del boom del ladrillo, pero que ahora se antojan como viejas lascivas que nos enseñan sus encías picadas y sus pechos pellejudos.

En este contexto hay que recordar los concursos de acreedores presentados por el gigante de la construcción DHO, un conglomerado de empresas en el cual la caja regional poseía un 10,5%. Lo mismo ocurrió hace unos meses con Global Cartera de Valores, sociedad propietaria del 5,9% de la Inmobiliaria Colonial, que presentó concurso voluntario de acreedores al no poder hacer frente a las deudas de casi 70 millones que acumulaba con Reyal Urbis.

Hace tan sólo unas semanas, uno de los vicepresidentes de CCM, el valdepeñero Jesús Bárcenas (uno de los grandes empresarios realmente merecedores de tal apelativo, y uno de los pocos dirigentes que aún gozan de respeto, honorabilidad y credibilidad en esta región) decide dimitir de su cargo, presumiblemente por su desacuerdo ante el rumbo marcado por los responsables de la caja regional. Y ahora resulta que a CCM también le entran las prisas por deshacerse de 25 por ciento de sus participaciones en el Aeropuerto de Ciudad Real, otro de los proyectos estrechamente vinculados con Díaz de Mera, para variar...

La situación se presenta, cuando menos, inquietante, por mucho que los ahorros de quienes hemos confiado en CCM estén asegurados. Porque ¿estamos en manos de gestores capacitados o, por el contrario, del más crudo arribismo? ¿Hasta qué punto se solapa el interés público que debe perseguir una caja de ahorros con los intereses particulares de las empresas y empresarios que financia? ¿Qué mecanismos reales de vigilancia y control se aplican a las operaciones de la entidad de todos los castellano-manchegos?

No ya la propia CCM, sino el Gobierno de Castilla-La Mancha deberían, ambos, hacer frente a su deber: dar la cara y las explicaciones oportunas... Y, sobre todo, informar. Hasta la fecha no lo han fecho, amigo Sancho, y cosas veredes que non crederes.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo mejor sigue siendo meter el dinero debajo del colchón.

Anónimo dijo...

Sólo hacer una matización, no seas tan condescendiente con los empresarios. No conozco al señor Bárcenas y acepto que pueda ser honesto. Pero no olvidemos que el mero hecho de que una persona saque plusvalía del trabajo de otra es una injusticia no necesaria.

Injusticia porque pasado un determinado umbral un empresario puede vivir del trabajo de sus empleados. Injusticia esta socialmente aceptada.

Innecesaria porque esa creencia de que hace falta un empresario que apueste y arriesgue su dinero para crear empleo es totalmente FALSA. Los trabajadores unidos en cooperativas, socializando las ganancias y perdidas, afrontando conjuntamente los desafíos es una forma más efectiva, natural y justa de crear empleo.

Santos G. Monroy dijo...

En efecto, Altermundista, no voy a negar ahora, teniendo en cuenta mis antecedentes ideológicos, que el capitalismo salvaje parte de unas premisas viciadas, y que momentos como el que ahora atravesamos, sin parangón en la historia de la Economía moderna, demuestra con creces el fracaso de un sistema que sólo sirve para que se enriquezcan unos pocos mientras más de la mitad del planeta pasa hambre, y la otra mitad hipoteca toda su vida en beneficio de terceros.
También apuesto por el cooperativismo y la economía social como fuente de riqueza, pero no podemos negar la realidad. El engranaje productivo, hoy por hoy, funciona así y, dentro de él, también hay personas honestas, y empresarios preocupados no sólo por sus negocios, sino por el bienestar de sus empleados. A mi juicio (ojo, sólo a mi juicio)Jesús Bárcenas ha demostrado siempre su coherencia de pensamiento y obra, además de ser una persona cercana, accesible y proclive al diálogo. Desgraciadamente, se trata de una rara avis. ¡Saludos amigo!

Rafael del Barco Carreras dijo...

La CCM también aparece en...

JUAN HORTALÁ ARAU,

GAESCO, INMOBILIARIA COLONIAL, BANCO DE SANTANDER, LA CAIXA.



Rafael del Barco Carreras



La Pirámide Financiera capitaneada por los CUATRO GRANDES de las finanzas españolas llena bufetes de abogados. Miles, millones, de inversores han perdido muchísimo dinero. Tras mi corta referencia sobre Gaesco en www.lagrancorrupcion.blogspot.com me envían mails. Un inútil pataleo. Se saben estafados, y encima, ahora burlados..

Por el momento gana la tesis, sentenciada en la Telefónica de Terra, o la Terra de Telefónica, que en Bolsa se puede ganar pero también perder. Es la natural ley del mercado libre. Una falacia si se manipuló con “información privilegiada”, “alterando el precio”, o falsificando.

Inmobiliaria Colonial SA centra el pleito Gaesco-Banco de Santander. Se niegan a pagar la provocada ascensión y posterior descalabro del valor, con millones de acciones aparecidos en una semana. Un descalabro planeado y ejecutado desde concretos Consejos de Administración o Comités Ejecutivos, jugando al monopoly con real dinero ajeno, y en este caso con otra inmobiliaria, Sacyr-Vallehermoso, tan enfangada e insolvente como Colonial.

La Audiencia Nacional decidirá quien tiene razón más allá de un Arbitraje ganado por el Banco de Santander. Y dictará sobre un dinero, creado por la especulación, que nunca existió. Aunque existiera el entregado por los inversores a su caja, banco o Agente de Bolsa, broker.

Los principios básicos bancarios se pervierten cuando las instituciones financieras (un oligopolio casi monopolio nacional) se convierten en prácticos dueños y gestores de las empresas cotizadas en Bolsa, especulando con ellas en puro predominio por además dominar el 80% de la masa del dinero de todo el país. Pero peor cuando grupos de sus ejecutivos y sus “amigos” crean especulaciones paralelas, confundiendo intereses individuales e institucionales. Y no busquen nombres concretos, lo hacen a través de cientos, miles, de sociedades “instrumentales” desde todos los rincones del Mundo. Y el colmo del engaño cuando intentan quitarse de encima un muerto, una quiebra técnica, endeudada con sus propios gestores y dueños más allá de cualquier criterio técnico y legal, cuyo valor en bolsa es una ficticia y mantenida burbuja.

Corolario… se inicia el camino Judicial tras un boom inmobiliario y financiero que deja en mantillas la Época del Pelotazo, 1980-94, o aquella Telefónica del 2000, la de las “nuevas tecnologías”, y ese camino será tan inútil como lo fueran los iniciados entonces.

Los perjudicados deberían preguntar al, desde 1993, Presidente de la Bolsa de Barcelona, JUAN HORTALÁ ARAU, con curioso currículo. Ayuntamiento de Serra 1979, Parlament, y Generalitat de Pujol. Y que con la colaboración de la actual Generalitat ha pergeñado una solución para Gaesco que a mi me recuerda la de Gran Tibidabo, donde anduvo cerca. Se salvan los activos viables y sobre “basura” y deudas “ya veremos”. Un inicio… el tema dará mucho de sí…