5.19.2011

Democraciarealya: Tormenta en el mar de Bob Esponja

Lo raro es que no se armaran antes. Las manifestaciones de protesta, digo. Sólo un país gravemente enfermo podría soportar con el resignado desfallecimiento del moribundo la sangría social, la corrupción política y el síncope económico que padece España.

Alivio de estreñido siento, con perdón. Que hombres y mujeres de toda condición hayan tenido un espasmo de rebeldía, aunque a la postre resulte tan efímero como el destello de inteligencia en la mirada de una mula, me ha alegrado la pajarilla hasta el punto de vencer mis sospechas iniciales de hombre de poca fe.

A estas alturas del cuento tiene poco sentido preguntarse quién organizó la zalagarda, por qué a las puertas de las elecciones (¿y cuándo mejor para que hable el pueblo?), o a quién beneficia el tinglado. ¿Quién se esconde detrás de la enigmática máscara de Guy Fawkes? Poco importa ya. Son todos y ninguno. El gatuperio que se ha montado es de tal calibre que sus resultados son ya imprevisibles y quizá no los hubiera previsto ni el cristo que lo fundó. En el peor de los casos quedará el poso de la advertencia. No son tarugos. Hacedlo de nuevo y volverán a las calles.

Internet ha sido el 2 de mayo virtual que ha realizado el milagro: remover el estúpido y plácido mar de Bob Esponja en que gobiernos, banca y medios de comunicación han convertido a la sociedad. Basta de cuentacuentos. Twitteando se llega a Roma, y en el imperio de Facebook no se pone el sol.

Políticos de uno y otro signo eluden acoquinados el reproche de los ojos de la masa. Se acusan recelosamente, sospechando intrigas maquiavélicas. Entre mitin y discurso se preguntan a dónde irán a parar estas misas, mientras traducen en votos el código de la indignación.

Aún hay quien se lo pregunta. ¿Qué quieren estos? Quieren, sencillamente, que los veáis. Quieren que presenciéis el orgullo de su humildad y sintáis la vergüenza de su protesta como si fuera el espectro de un remordimiento. ¿Qué piden estos? Pregunta de sordos. Lo repiten con la sencillez de las olas. Piden la separación efectiva de poderes sancionada por la propia Constitución. La reforma de la ley de partidos. La regeneración de la clase política. La supresión del despilfarro. La modificación de una ley electoral que consagra un bipartidismo decimonónico. La tutela efectiva de los derechos constitucionales. Dignidad, trabajo, hogar.

La mayoría pide con la desolación de niños perdidos el amparo del Estado ante los recortes sociales impuestos desde fantasmagóricos poderes económicos. Eso piden. Ni más ni menos. Piden que cumpláis vuestra parte del contrato. Democracia real ya. Ni menos ni más que piden eso.

No hay comentarios: