9.23.2008

Deadwing: la amenaza de Porcupine Tree

Practicando con la trompa... uh..., de Eustaquio para afrontar con donosura el próximo concierto de Porcupine Tree en los madriles (sala La Riviera, 10 de octubre), he vuelto a caer enredado en este estupendo trabajo, firmado por la banda en 2005.
Aún recuerdo lo que me costó entrar en el disco, que no tiene temas tan memorables como los anteriores LPs "In Absentia", "Stupid Dreams" o "Lightbulb sun". Pero cuando se han lubricado bien las orejas con varias escuchas, este Deadwing acaba revelándose como una placa de matices sorprendentes.
El disco es tan oscurete como su portada: una apasionante sucesión de bases electrónicas (© Richard Barbieri) sobre las que se superponen guitarras muy pesadas (en el primer tema, con las voces computerizas de Steven Wilson y las guturales del cantante de Opeth, Mikael Akerfeldt), siniestras texturas y guitarras de fantasmagóricos acordes. En fin, todo muy de canguelis; y cuenta, además, con la colaboración del guitarrista Adrian Belew (King Crimson), que enriquece algunas composiciones con sus particulares punteos oníricos.



Destacan temas como el que da nombre al disco, y otros como "Shallow", con endemoniados juegos de cuerdas eléctricas; "Lazarus", bella balada sustentada por una hipnótica melodía de piano; o "Halo"... "Halo" es un temazo como la copa de un pino. Duro, también. Con una dureza de rock industrial y nu metal enriquecida por una potente linea de bajo. Parece mentira que una canción de apenas cuatro minutos tenga tanta variedad y cambios de ritmo.
Por su parte, "Arriving somewhere but not here" es una epopeya sónica que comienza con los mágicos teclados de Barbieri para evolucionar hacia una composición que me recuerda bastante a las estructuras utilizadas por otros grandes del acojonemetal: Anathema.
La recta final del disco aún depara numerosas sorpresas. Entre ellas, la de "Glass arm shattering", que cierra el repertorio para recordarnos que estamos escuchando a los reyes del rock espacial. Es una de mis canciones favoritas, y me recuerda bastante a los trabajos de la primera era de la agrupación, con guitarras desmayadas, loops y efectos de sonidos siderales.
Sin duda, siempre es un placer perderse en los desolados parajes musicales de esta fantástica banda.

2 comentarios:

*clau* dijo...

wuoww se nota que esas palabras salieron de tu ser...cada día me obsesiono mas con su música, su psicodelia me lleva a otros mundos..es genial.
gracias por tu comentario en mi blog, tu blog es muy bueno, pasaré mas a menudo para ver que tal ;)

saludos

Santos G. Monroy dijo...

¡Muchas gracias clau! Ya veo que tú también te has quedado pillada por los puercoespines. ¡Sigue dándle a la buena música en tu blog!